Santiago de Compostela celebra el regreso de las estatuas del Pórtico de la Gloria, que vuelven a casa tras más de setenta años. Se trata de las figuras de los profetas Abraham e Isaac, atribuidas al Mestre Mateo, creador de este emblemático espacio de la Catedral de Santiago en el que estuvieron expuestas hasta 1954. En aquel entonces, Carmen Polo, la mujer del dictador Francisco Franco, decidió llevárselas a la que era su residencia de verano en el pazo de Meirás en Sada (A Coruña).

Traslado y exposición al público

El traslado se realizó este lunes en cajas especialmente fabricadas para la ocasión y bajo la supervisión de técnicos de Patrimonio, que inspeccionaron estas dos piezas de granito medieval. Ahora, el público podrá admirarlas en el Museo do Pobo Galego desde el próximo 11 de diciembre hasta mayo, mientras se decide su ubicación definitiva con la valoración de expertos e historiadores. En los próximos meses, la programación del Museo estará especialmente vinculada con la memoria historia para conmemorar este logro patrimonial y sociocultural.

Patrimonio recuperado y legado para Galicia

Es la primera vez que la familia Franco se ve obligada a devolver unos bienes incautados. El regreso ha sido posible gracias a una sentencia del Tribunal Supremo que reconoce que las estatuas son propiedad del Ayuntamiento de Santiago. En ella se reconocen los pasos previos que habían dado tanto el Ayuntamiento como la Xunta de Galicia, que las declaró Bien de Interés Cultural (BIC), fortaleciendo su condición de patrimonio público y respaldando institucionalmente la reclamación.

El consistorio las había adquirido en 1948 por 60.000 pesetas, pero seis años más tarde, con motivo de la visita del jefe de Estado, el entonces alcalde en funciones, Enrique Otero Aenlle, las envió al Pazo de Meirás para complacer a la esposa del dictador.

El regreso de Abraham e Isaac abre también la puerta a que otros bienes gallegos puedan seguir este mismo camino, como la Casa Cornide en A Coruña o las pilas bautismales de Moraime.