El nuevo gobierno local de Santiago está trabajando en un «plan de revitalización» para la Praza de Abastos con el objetivo de impulsar el Mercado de la capital gallega, el segundo punto más visitado de la ciudad después de la Catedral. En opinión de Xan duro, concejal de Compostela Aberta, el Mercado «no puede convertirse en un punto abarrotado de turistas y perder su función original». Entre las medidas que se están considerando, se encuentra la posibilidad de ampliar los horarios, permitiendo que los comerciantes abran algunas tardes durante la semana para ofrecer «un mejor servicio a los residentes», según indican desde Compostela Aberta, que se encarga de las competencias relacionadas con la Praza en el gobierno BNG-CA.
«Estamos evaluando la posibilidad de impulsar un proyecto piloto en el que participarían de forma voluntaria aquellos puestos del Mercado que así lo deseen. Somos conscientes, y así nos lo han transmitido, de que esta no es una opción realista para todos los vendedores del Mercado debido a la forma en que tienen configurado su modelo de negocio», señala el concejal de Movilidad, Convivencia y Centros Socioculturales, Xan Duro, quien ha mantenido varias reuniones en las últimas dos semanas con diferentes colectivos de la Praza. Las aperturas por la tarde permitirían que aquellas personas que, por ejemplo, trabajan de 8:00 a 15:00 horas, puedan realizar sus compras en el Mercado en horario vespertino.
«Aún tengo pendientes algunas reuniones más para conocer la valoración de la situación y las necesidades que tiene el Mercado en estos momentos. Nuestra intención es darle un nuevo impulso a la Praza y también implementar iniciativas que permitan abrir los numerosos puestos del Mercado que están cerrados en la actualidad», enfatiza el concejal responsable de todo lo relacionado con el Mercado compostelano.
Además de la ampliación de horarios, que permitiría a los vendedores abrir por las tardes, desde Compostela Aberta subrayan que «la Praza de Abastos no puede convertirse en un lugar saturado de turistas y perder su función original». «Debe seguir siendo un elemento de dinamización comercial, un lugar especializado en la venta de productos frescos y locales, y debe seguir siendo el lugar donde se abastece la hostelería y los vecinos de Santiago», destaca Xan Duro, descartando así la expansión del uso hostelero más allá de la nave 5, como proponían los propietarios de los negocios ubicados en ese espacio de la Praza. El pasado mes de marzo, presentaron un proyecto que incluía la colocación de un total de 21 mesas entre los 11 establecimientos de hostelería. Estas mesas se ubicarían en varios puntos, como la calle das Ameas, la fachada de la nave y el interior del Mercado.
Tras la presentación de esta propuesta, la posible colocación de estas mesas generó controversia entre los vendedores. Algunos estaban a favor de una ordenación porque evitaría escenas de personas comiendo por todas partes y ensuciando los espacios comunes. Argumentaban que esto podría mejorar la imagen de la Praza, ya que es mejor que la gente esté sentada en una mesa que comiendo en cualquier esquina. También señalan que cualquier cosa que atraiga gente beneficiará a la Praza en su conjunto.
Por otro lado, hay comerciantes que no ven con buenos ojos que los negocios de hostelería «quieran apoderarse de todo el Mercado», ya que «no solo se vive del turismo» y hay «muchos clientes habituales a los que les molesta la cantidad de gente que puede llegar a haber». En cualquier caso, Raxoi no está a favor de darle más espacio a la propuesta de ampliar los usos hosteleros más allá de la nave 5.
En relación al futuro del Mercado, el gobierno local anterior aprobó un proyecto con un presupuesto de 519.342 euros para reparar varias áreas de la Praza, incluyendo tres marquesinas, estores verticales, puertas correderas y el cuadro eléctrico de la nave central. Las marquesinas cercanas al muro y las que se encuentran entre las naves representarían más del 65 % del presupuesto destinado a esta intervención de rehabilitación. Casi 340.000 euros se destinarían a reemplazar estas marquesinas, que actualmente causan filtraciones de agua en el techo.
Esta intervención consistiría en aumentar la pendiente del vidrio, mejorar los anclajes y reemplazar el falso techo interior actual por otro de fácil mantenimiento. En el caso de las marquesinas entre las naves, se buscaría una solución que respete la estructura de las naves y permita recuperar la vista de la torre central.
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