En la conocida praza do Obradoiro, justo en frente de la fachada oeste de la Catedral de Santiago, se encuentra el majestuoso Pazo de Raxoi, un edificio que merece una visita obligatoria por su arquitectura, belleza y diseño.
Fue construido en el siglo XVIII por orden del arzobispo Bartolomé Raxoi Losada para ser la residencia de los niños del coro, acólitos y sacerdotes y servía de cárcel y ayuntamiento. Su diseño estuvo a cargo del ingeniero francés Charles Lemaur, de ahí su claro estilo neoclásico del edificio.
La construcción del Pazo de Raxoi no estuvo libre de polémica y se vio envuelta en controversias y litigios con el administrador del Hospital Real, actual Hotel dos Reis Católicos. Este argumentaba que el nuevo palacio privaría al hospital de luz natural y obstaculizaría los servicios esenciales de entrada, salida y ventilación de las habitaciones.
A pesar de todo, el proyecto siguió adelante. De hecho, ayudó a realzar la praza do Obradoiro, que hasta ese momento carecía de un edificio digno a ese lado.
La fachada principal del pazo sigue un esquema simétrico y destaca por un frontón triangular y dos frontones semicirculares laterales, sostenidos por imponentes columnas jónicas. En el frontón central, se encuentra un relieve que representa la batalla de Clavijo, cubriendo el tímpano. Sobre él, se sitúa la escultura ecuestre de Santiago Apóstol, obra de José Ferreiro. Del interior se destaca, sobre todo, la escalera rococó diseñada por Lemaur.
En la actualidad, el Pazo de Raxoi es la sede del Concello de Santiago de Compostela y la Presidencia del Gobierno Autonómico. Este imponente edificio alberga las principales instituciones políticas de ciudad, y su importancia como centro de gobierno se extiende más allá de la arquitectura y patrimonio histórico. Es un símbolo de gobernanza y tradición.
Está abierto al público durante todo el año, excepto fines de semana. Aunque los visitantes no pueden acceder a todas las áreas, pero sí observar la increíble fachada y disfrutar de la belleza arquitectónica que lo caracteriza.
El Pazo de Raxoi representa una combinación única de historia, arquitectura y gobierno. Su presencia en el corazón de Santiago de Compostela es un recordatorio constante de la rica herencia cultural y política de Galicia. Como testigo de eventos históricos y como sede de la administración actual, el pazo sigue siendo un símbolo de poder y representación en la región, cautivando a visitantes y residentes por igual.
