El Parque Carlomagno forma parte de la zona residencial del Polígono das Fontiñas, un proyecto de ampliación de la ciudad de Compostela que fue premiado con el reconocimiento europeo de arquitectura Philippe Rotthier, en el año 2008.
Este espacio verde, que ocupa una ladera del Monte de San Lázaro, destaca por su amplia extensión que supera los 156.000 metros cuadrados de superficie. El parque limita con la Avenida de Lugo y Rodríguez de Viguri, el Camino francés y San Lázaro, la vía férrea y la autopista del Atlántico.
De hecho, es una zona muy ligada al fenómeno de la peregrinación, debido a esa proximidad con la vía de entrada de los caminantes que se dirigen Santiago de Compostela que conecta con el recinto, el Barrio de Concheiros y, posteriormente, la Rúa de San Pedro.
El nombre es una referencia a Carlos I El Grande, también conocido como Carlomagno, y a su supuesta vinculación con la capital gallega.
Según la leyenda, cuando el eremita Paio descubrió la tumba del Apóstol Santiago en el año 813, el emperador tuvo constancia del hallazgo del sepulcro tras mantener contactos con Alfonso II, por lo que se cree que pudo aportar fondos para la basílica.
En apoyo al relato, el Códice Calixtino cuenta con registros de un viaje de Carlos I a Santiago de Compostela durante sus campañas de guerra contra Al-Andalus.
En la actualidad, el recinto conformado por el parque destaca por su envidiable ubicación y la diversidad de servicios que se encuentran en los alrededores. Estos van desde equipos deportivos y centros educativos, hasta un área comercial y un centro sociocultural.
Por otro lado, cuenta con diversas sedes institucionales en su área de influencia, como el Instituto Galego de Vivenda o la Escola Galega de Administración Pública.
El área está conectada con el parque de San Lázaro, donde se ubican diversos edificios administrativos, hoteles, el estadio o el Palacio de Congresos y Exposiciones, y se completa con amplios espacios ajardinados.
Al visitar esta zona verde, el visitante puede contemplar todo tipo de especies arbóreas, como plátanos de paseo, cipreses de Portugal, camelias, magnolios, cedros del Himalaya, tuyas, abedules, olivos y azaleas.
También alberga algunas estatuas y elementos ornamentales, como las que representan a niños jugando o el monolito de Fontiñas.