La Iglesia do Carme de Abaixo compostelana es un monumento eclesiástico cuyo origen data de siglo XVIII y que está situado en la calle del mismo nombre.
Este edificio religioso data del siglo XVIII y fue levantado entre los años 1760 y 1773 sobre una pequeña capilla anterior.
El templo es también conocido por el recuerdo de un lavadero que limitaba con el inmueble, que se remonta al siglo XIX.
Por aquel entonces, la existencia de este tipo de elementos contribuyó a mejorar la calidad de vida de los vecinos, con carácter previo a la llegada de la traída del agua en los hogares de la localidad.
La construcción, como muchos otros templos de la ciudad, se desarrolló en varias fases: la primera de ellas entre los años 1750 y 1773 y la segunda a partir de 1867.
La Iglesia do Carme de Abaixo es un templo barroco clasicista de una única nave de planta rectangular, una cubierta clásica a dos aguas y linterna circular ubicada en el centro de la construcción.
Este monumento, ubicado en las proximidades del río Sarela, sufrió los efectos de un duro periodo económico en ese momento. Los problemas de disponibilidad de recursos obligaron a adaptar el proyecto inicial, firmado por el arquitecto Lucas Ferro Caaveiro.
Por ello, la austeridad marcó el periodo en el que se materializó la conclusión del templo, que fue añadiendo elementos con el paso del tiempo.
En 1867, Baltasar Ferreiro estuvo a cargo de una nueva ampliación, en la que se añadió un nuevo presbiterio y la conversión del original en un crucero. Durante la construcción, se perdió la impronta característica del barroco compostelano y la obra dio como resultado un templo de carácter eminentemente rural.
La fachada, construida en sillería de granito, consta de tres cuerpos verticales enmarcados por pilastras y tres cuerpos horizontales.
El primero de ellos, con portada adintelada, mientras el segundo presenta hornacina flanqueada por columnas y rematada con arco de medio punto, que acoge la imagen de la Virgen del Carmen.
Finalmente, en la parte de arriba, se instaló un escudo enmarcado por un frontón semicircular.
La torre-campanario corona el conjunto, con planta cuadrangular decorada y rematada con pináculos y volutas.
El templo está disponible para su visita como espacio de culto habitual.