El Convento de las Madres Mercedarias, situado en el barrio de Tránsito da Mercé, fue fundado en la segunda mitad del siglo XVII.
Su ubicación es excepcional, pues el inmueble fue levantado frente a la icónica puerta de Mazarelos, la única que se conserva de la antigua muralla de la ciudad. El edificio es el lugar de reposo de los restos del arzobispo Antonio Girón, fundador del monasterio en el año 1671. Por su parte, la obra está fechada en 1673 y estuvo a cargo de Diego Romay.
En su conjunto, el inmueble destaca por la combinación de elementos barrocos con otros de corte neoclásico, como su fachada. El convento, de cantería en granito, es de planta rectangular y la iglesia se emplaza hacia la derecha del conjunto, ocupando un espacio central. Respecto a la fachada, es de trazado simple y de una gran sobriedad, salvo por el campanario y el tramo que marca al exterior el punto en el que se encuentra el templo.
Uno de los elementos más destacados del templo es el relieve de bulto que representa la Anunciación, obra de Mateo de Prado, que está rodeado de escudos arzobispales.
Esta obra relata el momento en que el arcángel Gabriel anuncia a María que será madre de Jesús. Sobre los escudos antes mencionados se encuentra un ventanal rodeado de variada ornamentación propia del barroco, como sartas de frutas, flores y hojas.
La iglesia, por su parte, presenta una sola nave y se caracteriza por una gran sencillez en su concepción. Entre los diferentes elementos, destaca el crucero, que se cubre con una cúpula de grandes dimensiones decorada con múltiples detalles de follaje.
El escudo de la orden está presente en todo el templo, en el que se pueden ver diversos enrejados que ocultan los dos coros: el alto (de uso solemne) y el bajo (destinado al culto ordinario).
Este conjunto arquitectónico está abierto al culto habitual, mientras que el horario de torno es de 10:00 a 12:30 y de 16:00 a 18:30 (en verano hasta las 19:00).