La Catedral de Santiago es la obra más importante del arte románico en España y punto de referencia de todas las vías de peregrinaje que conforman los caminos de Santiago.
Este conjunto arquitectónico milenario acompañó a la creación y desarrollo urbano de Santiago de Compostela, ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985. La construcción se origina en el hallazgo de la tumba del Apóstol Santiago en el siglo IX, identificada por el obispo Teodomiro de Iria Flavia en un templete romano.
El rey Alfonso II ordenó edificar un pequeño templo en torno a dicha construcción, pero el incremento de las peregrinaciones llevó a iniciar una nueva edificación más ambiciosa en el año 1075, durante el reinado de Alfonso VI y bajo la dirección arzobispal de Diego de Peláez. El levantamiento de la catedral románica continuó durante el arzobispado de Diego Xelmírez.
La catedral está construida en sillería de granito con cubiertas de lajas del mismo material, y presenta planta de cruz latina, brazo longitudinal y transepto de tres naves.
Las capillas laterales se disponen ordenadamente a lo largo de todo el templo y poseen un espacio con individualidad propia, aunque solo se conservan algunas del deambulatorio datadas del románico.
Las diferentes fachadas reflejan la multiplicidad de estilos que acoge el templo: la fachada de la Acibechería es neoclásica, la fachada de As Praterías es románica, la Puerta Santa es barroca y solo se abre en Años Santo; y la fachada del Obradoiro es una combinación de piedra y vidrio, con un destacado ventanal en el cuerpo central.
Además, la Catedral de Santiago de Compostela no solo es uno de los monumentos religiosos más importantes de Europa, sino toda una colección de obras de arte únicas.
Entre ellos se encuentra el Pórtico de la Gloria, obra cumbre del Mestre Mateo y de la escultura románica, que data del año 1188.
La pieza presenta un pórtico con tres arcos: el central representa la Gloria, el izquierdo al pueblo judío esperando en el Limbo de los Justos la llegada de Cristo y el derecho el Juicio final, al que serán sometidos todos los seres humanos.
La Corticela, por su parte, es el oratorio fundado en el siglo IX y utilizado posteriormente por los benedictinos. Este fue absorbido por las sucesivas ampliaciones constructivas a las que se vio sometida la Catedral.
El templo está abierto a los visitantes durante todos los días del año, con entrada gratuita, entre las 07:00 y las 21:00 horas, y con accesos a través de la Plaza de As Praterías y de la Puerta Santa.