La Capilla do Pilar es un ejemplo del estilo arquitectónico predominante y más característico de Santiago de Compostela. Se trata de una de las dos capillas que existen en la capital gallega que llevan la titularidad de la Virgen del Pilar (la segunda se ubica en la propia Catedral de Santiago).
El templo, de corte barroco y que data del siglo XVIII, se sitúa en las inmediaciones de la Alameda compostelana, en pleno paseo de esta popular zona verde de la ciudad que se encuentra integrada entre el casco urbano y antiguo.
Por este motivo, es un edificio que suscita un gran interés por parte de los peatones y caminantes, al tratarse de un punto con una importante afluencia de turistas, vecinos y potenciales visitantes.
Según indican los registros, en la época en que las reliquias de Santa Susana fueron depositadas en la Catedral, las funciones parroquiales de aquel templo pasaron a la Iglesia del Pilar.
Desde el punto de vista estructural, el inmueble consta de una nave y planta en forma de cruz latina que se articula en crucero y presbiterio. Los muros son de sillería de granito y presenta cubierta a dos aguas de teja.
Todos estos elementos están muy presentes en los monumentos religiosos de este tipo repartidos por toda la ciudad de Compostela.
En general, el edificio se caracteriza por su sobriedad, aunque presenta algunos elementos dignos de contemplar durante su visita. Entre ellos, están las dos torres de su fachada, admiradas por los feligreses desde su fundación en el año 1717.
Además, destaca la figura e imagen de la Virgen, que sirve como ornamento principal del templo. Cuenta con una hornacina en forma de concha de vieira, que se ubica sobre la portada.
En su interior, presenta una imagen de Cristo policromado, obra del escultor compostelano Cástor Lata. La Capilla do Pilar no ofrece horario de visitas turísticas, pero está abierta como lugar de culto habitual por parte de los vecinos del barrio.