Santiago de Compostela es una ciudad llena de callejuelas y rincones en su casco histórico, tanto que puede parecer un auténtico laberinto. De hecho, alberga la calle más estrecha de Galicia y la segunda de toda España.
Compostela fue en sus comienzos una urbe amurallada, por lo que el espacio habitable era limitado. Por esta razón, sus habitantes aprovechaban todos los centímetros posibles para construir viviendas, lo que causó la aparición de pasos estrechos.
Muchos piensan que este título lo ostenta la ruela de Entrerrúas, un famoso callejón que une la rúa do Vilar y la rúa Nova, dos de las calles más concurridas de la zona histórica de Compostela y que causa que los visitantes la descubran mientras se pierden por la capital gallega.
La ruela de Entrerrúas es tan popular que muchos turistas acuden a ella para hacerse fotos sujetando las paredes a ambos lados. Sin embargo, no posee el cargo de calle más estrecha, con una anchura de alrededor de 90 centímetros.
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La ganadora es la rúa da Oliveira, con 70 centímetros de anchura en uno de sus extremos. Está en la otra punta del casco viejo y une la rúa da Travesa con la rúa da Virxe de Cerca. Se trata de una zona menos transitada, lo que le ha hecho perder popularidad.
Esta calle, si entras desde la rúa da Virxe de Cerca, es bastante ancha, pero conforme avanzas por ella va estrechándose más y más hasta llegar a la iglesia de Santa María do Camiño.
Además, en la rúa da Oliveira está la ruela de Sae se Podes, otro punto muy popular de Santiago. El origen de su nombre viene porque da acceso a una plaza sin salida, en medio de un laberinto de callejuelas que hace complicado que una persona pueda salir fácilmente.
La calle más estrecha de España está en el pueblo de Urriés, en Zaragoza. Es conocida como ‘el Callejón’ y tiene ancho de tan solo 41 centímetros, por lo que recorrerla es todo un desafío.
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